viernes, 24 de julio de 2015

El dolor la cosa que nos excede.




“El hombre que se abstiene de los placeres y las delicias del cuerpo,
es un hombre sobrio, mientras que el hombre que se enoja por ello
es un depravado; aquel otro que es capaz de aguantar las cosas terribles
o deliciosas es un hombre de coraje mientras que el hombre 
que se duele es un cobarde”     
Aristóteles Ética Nicomaquea

El día que nuestra madre nos expulsa del vientre materno de ese paraíso de placeres, el niño se enfrenta a una vida llena de dolor, esto forma parte de su existencia humana, el dolor nos ayuda a llevar una mejor calidad de vida, también a soportarnos en esta sociedad podrida, lisiada y artificial…hemos sido educados para evadir el displacer y sustituirlo por el placer efímero del mundo exterior.


Nuestros padres tratan de colmar nuestros padecimientos con ropa, dinero, trabajo, coche, educación, religión y también que el infante sufra lo menos posible, esto nos vuelve intolerantes al fracaso, los medios de información también hacen su trabajo y es que la peor droga que puede tener el hombre se llama televisión, nos enseña que con una simple pastilla ya está sanado tu dolor, por ejemplo “Genoprazol para la gastritis”[1] paras el síntoma por un lapso de tiempo determinado, pero tú sabes que el padecimiento sigue ahí solo lo dopaste por segundos, minutos u horas.


Es sorprendente cuando una persona llega a análisis, con la demanda del “otro” por ejemplo: Me mando mi esposa, estoy aquí porque mi esposa no me entiende, decidí acudir a análisis porque tengo problemas con mis padres, o tengo problemas en el trabajo…la pregunta es ¿Cuándo el paciente habla de su mal-estar[2] existencial? El objetivo del análisis es que el analizante encuentre las herramientas para soportarse a sí mismo y satisfacer su propio deseo, esto es felicidad.


Asumir nuestra propia Falta es ser conscientes de nuestra finitud como seres mortales, es decir; “aprender a vivir con nuestra propia insatisfacción” esto no te asegura la felicidad completa pero si te mejora tu calidad de vida, porque comento esto, el “sujeto” sujetado a sus ideales no quiere experimentar el dolor de la muerte, de lo ominoso y de su aparte siniestra, he aquí la parte que nos excede, nos rebasa…la “cosa”[3] como causa de nuestra mal-dición (como un mal decir o decir mal) ¿pero qué maldecimos? Nuestra historia escrita con sangre y tinta negra que queda impregnada en nuestro espíritu, o bien sigues el camino de la mesura y el bienestar o caes en el agua de la desmesura, es decir; EL GOCE DEL CUERPO.

“Hay una sola cosa que no puede curar la psicoterapia y es la dolorosa belleza de existir” La vida es lo único que puede dignificar al ser humano.       




[1] Jiménez, Andrés M. La relación profesor estudiante. Una propuesta desde el psicoanálisis. Ediciones de la noche. México, 2013.
[2] “Malestar” si jugamos lingüísticamente con la palabra que daría “Mal-estar” o “Estar-mal”.
[3] Das Ding “tengo el derecho de gozar de tu cuerpo, puede decirme cualquiera, y ejerceré ese derecho sin que ningún límite me detenga en el capricho de las exacciones que tengo el gusto de saciar en él” (Jacques Lacan. Escritos, pág. 769). El soberano bien que es Das Ding, es decir; que es el objeto del incesto, que es la madre es un bien prohibido. 

 Francisco Javier Silva Espinosa
           Lic. En Psicología.









No hay comentarios:

Publicar un comentario