Antes de comenzar el
artículo hay que diferenciar dos cosas dependencia por padecimiento y
dependencia por necesidad, vamos hablar de esta última y la otra se hablara
el resto del artículo, por ejemplo el ser humano depende del aire, del
suelo, de la ropa, de un trabajo, del sexo, la pareja, los padres, los
animales, el agua, el sol etc. Esto es por pura necesidad así que se debe tener
cuidado con las palabras que se compran y como las percibimos.
Entonces surge la
pregunta ¿A que está condenado el hombre? ¿Por qué Sartre condena al ser
humano a estar libre?
Desde pequeños nos
mencionan que se tiene libre albedrío, es decir; la capacidad de elegir lo que
se desee, pero la condena es mediante los fundamentos en el que descansa el
hombre estos son: Dinero, trabajo, belleza, una licenciatura terminada, la
pareja, los padres, hijos, ideales, un coche, su religión etc. El padecimiento
es cuando estas necesidades se vuelven una dependencia patológica hasta el
grado de colocar su felicidad en factores externos como los mencionados, se
convierten en su sostén, un bastón con el paso del tiempo puede llegar a ser
derrumbado, entonces; no se es libre en su totalidad porque se poseen las cosas
o en otra cuestión las cosa terminan poseyendo al sujeto.
En este momento es
cuando el hombre se convierte en esclavo y el sistema en su amo, este
último con el reconocimiento por parte del otro (esclavo) y el esclavo
(hombre) se siente satisfecho al someterse al otro (amo).
Se llega a “ser libre” cuando el sujeto se convierte en
individuo siendo consciente de relacionarse con… mas no depender de.
Cuando se quita todos
los aspectos espurios de la mente humana es ahí donde se encuentra la nada
¿entonces con que se sostiene? En este momento se encuentra con la angustia;
angustia que cura, y destroza los fantasmas de la complacencia al Otro.
En el diván el riesgo de
estar en la nada se convierte en una experiencia zen; zen-tir estar solo, sin rostro,
sin nombre, sin cuerpo, sin contorno, sin trazo que defina la palabra hombre.
Aún… así se pertenece a
un linaje que se llama vida, estamos condenados a vivir, a desear y a gozar.
Como el artista que está atado al pincel, a la tinta, al lienzo, esto le da un
nombre que re-significa su vida, su ser y su bien-estar.
“Lo
único que puede decirse categóricamente sobre lo último, es que no hay nada que
decir. Hasta eso es decir mucho, hasta eso es demasiado para expresarlo en
palabras (lenguaje)” Osho,
el principio del zen.
Bibliografía.
Sartre, J. El existencialismo es un humanismo. Editorial:
Quinto sol.
Lacan, J. Escritos Editorial: Siglo XXI.
Francisco
Javier Silva Espinosa
Lic. En Psicología.
No hay comentarios:
Publicar un comentario